16 de noviembre de 2017

GALA

Un bebé saca mi vida de su cajón de marionetas y me trocea en cachitos pequeños de papel mientras se ríe a carcajadas. El portaequipajes del bus arroja la maleta del pasado y al abrirse deja caer el peso somnoliento de mi propio sueño. Cada cual se busca razones encerrándose en sí mismo, cociéndose a fuego lento como un puchero entre las brasas. No hay ventana por donde escapar ni puerta para dejar entrar la brisa salada que el viento alza del encrespamiento de las blancas olas de cristal.
Se repite este estado de ánimo, de fascinación. Empuja fuerte y expresa la alegría con abundancia. Empapamos de halagos los atardeceres de tus labios.
No es difícil. Una atracción nace por cualquier motivo subconsciente. Aumenta vistiéndonos bien con intención, sonriendo, sonrojándonos. Para sentirnos y hacer sentir al otro. Descubriéndonos confiados, desnudando secretos y entrañas entre sombras tapadas. La excitación aumenta. Exploramos hasta lo permitido y a la par, afloran valores, amistad, cariño, respeto, fidelidad, confianza, intenciones y deseos insatisfechos y anhelados. Matices que nos gustan y nos anidan en esa persona. Logramos felicidad, la droga de la vida.
Tenías mundos y miedos que vencer. Una piel que tocar para apropiarte, la tuya joven para lucirla. Un abrazo confiado, apretado, descarado, y feliz. Mostrarte intima sin reproche alguno.
Sabe a poco, siempre sabe a poco. La lluvia son diamantes de gelatina para quitar la sed de amor. Crece nuestro deseo y soñamos emborracharnos del otro. Sí, de palabras, de gestos y cariño que es vital, por mucho que lo escribamos negado. Soñaremos una noche perfecta donde permitirnos contra el otro, donde decir lo irrevelable con descaro, con potencia, con la verdad por delante, con lo inconfesado expuesto. Es más bonito lo que sentimos de lo que nos permitimos pensar. Saber cómo respiras a cada instante, cómo caminas día sí y día también, cómo sueñas cuando duermes.
Cómo se te pasan los enfados, cómo los miedos, cómo los sustos, cómo te dura la paz.
Tú empezaste esta historia con el corazón roto sin saber cómo gritarlo.
Por si acaso me entero.

JOSÉ CHINCHILLA LÓPEZ

2 comentarios: