5 de septiembre de 2015

ROCE AL CORAZÓN

Fuerte como el acero. ¡Hoy no!
Confundido, oculto, camuflado, como un antílope dentro de la manada. He volado transparente, etéreo, flexible, a tu lado sin descubrirme. Fusionado con tu perfume, con las partículas de tu calidez nerviosa, intranquila, expectante.
Turno para sentirme aire invisible en mis cielos, alejado del cristal de mis rutinas. Mecido por bandadas de estorninos mientras dibujan nublos de tormenta en el azul de la tarde. Atravesado por bolas de fuego de la cola de un viejo cometa. Bañado por la humedad de la lluvia bajo unas nubes iluminadas de blanco, organzas de novia radiante. En el horizonte de tu escote.
Toca dejarse arrastrar, sumergirse sin oponer resistencia. Quizá desaparecer un instante para jugar empujando tu pelo sin permiso y reír mi descaro. Cerrar los ojos llevado por la rosa de los vientos, caricia de ese suave infinito que tú sabes alcanzar. Inescrutables ambos, mi corazón y tú. Todo el tiempo pesando sus sinrazones. En vano.
Intento saber cuánto, cómo y a quién quiere. Dudas por una avaricia que me lleva a hacer acopio de felicidades vengan de donde vengan.
De nada sirve el esfuerzo. Tampoco adivinar o medir si nos corresponden, ni en qué grado lo somos. Las pasiones son complejas y sencillas. Se columpian entre vivirlas hinchándolas a nuestro acomodo o distraer la mirada mientras se alejan infructuosas, decepcionadas.
Se trastorna y rompe todo cuando cruzas por su lado, aceleras su ritmo y no consigo repararlo.
No sentir, no recordar, no pensar, solo respirar felicidad.
JOSÉ CHINCHILLA LÓPEZ

No hay comentarios:

Publicar un comentario