7 de enero de 2012

DEVENIR


La brisa te encontrará. Aprenderás a cabalgarla. Lograrás acomodarte y dormir acunada flotando entre mariposas. Desearás que el instante se haga eterno.
El susurro del aire acaba en quietud. La flotabilidad en una suave caída. Será el suelo quien te acoja, como siempre lo hizo. Tu viaje acaba cuando regresas a casa.
Ojeé este pergamino, del que te desprendías para hundirlo en el olvido. Posé mi mirada sobre tu espalda. Quedé inmóvil, en pie, tratando de descifrar lo leído. Inventando el semblante de tu rostro cuando volvieras la cara. Anotando el movimiento de tu cuerpo al caminar. Vigilando el encaje de tu enagua. Esperándote. Una lágrima enjuagaba los labios que había desnudado para ti. Al despertar del ensueño se arropaban con otras realidades.
Llegaron más tardes tranquilas e infructuosas de intentos vanos. Vacaciones de amantes dibujando soledad.
Podríamos, pero solo queda nostalgia.
Me haces falta. Te alejaste con la cabeza agachada. Dejando una cepa sin sarmientos.
Se destiñe el azul del cielo. El amarillo del sol juega con la tarde. Ilumina edificios y los toca con sus sombras. Se esconde para enfriar un poco este día primaveral. Tal vez ya estaba frío.
Mis hormonas evaporan las sensaciones que no alcanzan. Ascuas de un fuego que ha quemado toda su leña mecido por un tiempo estéril. Caricias que salieron de rebajas dejando en el abandono los rescoldos de una pasión desaprovechada. Escaparon a la calle a encontrar saldos a mejor precio. Se alejaron de casa, de nuestros cuerpos. Se perdieron, como el aroma del café por la ventana abierta, entre el murmullo de mujeres en un mercado a rebosar. Las perdí.
Esta llanura sin horizonte me abandona en la inmensidad. Lacerado por una lanza de soledad. Aguantando la angustia que me conduce a una rebeldía que nos pierde. Mi pluma se hunde en una inanición sin tregua. Para garabatear un complejo: Feliz día amor.

JOSÉ CHINCHILLA LÓPEZ

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