11 de enero de 2012

LATIDO


Cuando imagino una sonrisa, no necesito respuestas.
Perdí los anteojos de ver la vida con transparencia. Estos cristales la hacen oscura. Trataré de mirar con los que me regalaste.
La esperanza se estrecha a cada momento o se ensancha en un va y ven de olas.
Me hiela descubrir que el esfuerzo es todo tuyo pero te sobran fuerzas para más. Tienes temple para saltar por encima de los enigmas que nos ponen las hadas. La pureza de los sentimientos nace en ti.
Seguí tus indicaciones. Logré atrapar tu presencia con mi imaginación llevándonos donde deseaba.
Ser infiel habría sido traicionarse, actuar con mala intención, mantener un engaño doloroso. No lo es buscar soluciones. Ni lo es encontrar nuestra alma gemela en quien apoyarse por muy descarado que parezca.
El dolor obliga a confesar para limpiar la presión de tu vida o la mía. No soy infidelidad de nadie, ni tú mía, no.
Un flotador en medio de una tormenta en el mar no tiene mucho que discutir, ni muchas valoraciones que hacer. O te agarras o te hundes. Sentirte mujer tampoco ha de ser pecado por muchas cosas que reveles. De serlo, iré al infierno de los necios.
Pregúntale a tu corazón, que tiene la respuesta verdadera.

JOSÉ CHINCHILLA LÓPEZ

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