28 de marzo de 2011

LUZ ASIDA


Tu deseo es dueño de mi desnudez.
El amor se trenza en cualquier momento y a cualquier distancia. Instala la necesidad de un derecho de exclusividad derrotado por la moda.
La elección se balancea en un trípode. Un retorno a aquel momento no nato, abandonado en un olvido que jamás acaba de cicatrizar. Un enganche con amarras de traición e infidelidad que acarreará la desconfianza del pistoletazo de salida. O un consenso mítico al que se le hace imposible sostenerse sobre unas extremidades tambaleantes de unos primeros pasos forzados en el apremio de sobrevivir a la depredación.
Mientras el equilibrio se afianza, el alma se desestructura en un desgarrado sufrimiento que camina a limites desérticos de entregas vacías.
El amor no se deja transformar en descomunal amistad. La vida se retuerce como el olivo que ha descubierto una copa en cada rama.
Cada mujer borda en blanco un lecho perfumado, para siempre
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JOSÉ CHINCHILLA LÓPEZ

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